lunes 29, octubre 2018
TESTIMONIO SONIA DÍAZ ARMAS
Profesión habitual, antes del cáncer, Azafata de Vuelo. Superviviente del Cáncer de mama, triple negativo en estadío 3 desde 2008.
Aporto mi testimonio personal esperando sirva de apoyo, a todas las mujeres que estén, hayan estado o tengan cerca al Cáncer. Con la esperanza, de ayudar, de aportar entusiasmo, a una situación dramática y extrema. Intento con mi experiencia, orientar en cómo volver a encajar en una sociedad estética, cuando llevas cicatrices y en un mundo laboral, intenso, cuando eres madre, discapacitada y superviviente.
Me diagnosticaron Cáncer de mama en 2008, con 30 años, llevaba nueve años trabajando como azafata de vuelo, viviendo rápido, empapándome de mundo, de vida, de experiencias. Paró mi tiempo. Comenzó una cuenta atrás, que con suerte, hemos podido parar. Nací de nuevo, tengo una oportunidad de vida, y construí una nueva Vida como superviviente, basada en el entusiasmo, la resiliencia y las ganas de VIVIR.
La lucha por la supervivencia tras el cáncer, a pesar de estar curada, no es fácil. Cada día es un reto, vivir con dolor residual por la quimio, con agotamiento, cicatrices y adaptar la vida laboral a las secuelas del cáncer, de el tratamiento recibido, es una aventura femenina, aún por defender y valorar. Las facturas siguen llegando. La vida sigue pasando.
Yo, si tengo alguna cualidad, que me haya ayudado en todo esto, es la perseverancia.
Perseveré en mi empeño por curarme de un cáncer en el que tenía un 30% de posibilidades de sobrevivir a los 24 primeros meses. Perseveré por conseguir una reconstrucción inmediata de mis ya desaparecidas, antiguas mamas. Perseveré por incorporarme al mundo laboral, consiguiendo un puesto de trabajo, que se adaptara a mis secuelas del tratamiento… aún no lo he conseguido, llevo 11 empleos diferentes en 8 años, pero casi lo he conseguido, si la salud sigue de mi lado claro!
Persevero y consigo fruto. No es un camino color rosa, es multicolor! Hay días color negro azabache, he aprendido a dejarlos fluir, tener días malos también hace que disfrute y valore mucho los días buenos, los días color arcoíris, de felicidad, diversión y paz.
El impacto del diagnóstico para mi fue demoledor, no esperaba para nada, con 30 años, sin antecedentes familiares y con una vida activa, una noticia así. Pero me agarré a mi 30 % de esperanza, sufrí la quimio, la radioterapia y las cirugías, proceso tortuoso, que te lleva al límite, al hilo de seda del que pende tu vida. Aquello no duró para siempre! Pasó, creció mi pelo al mismo ritmo que sanaban mis heridas y recuperaba la compostura.
Luego llegan las secuelas, te curas pero no se puede librar una batalla así y salir como nuevo, sales despeinada, arañada, magullada y pletórica! Lograste vivir! Milagro!
Dos años después, me sorprende mi cuerpo regalándome un embarazo gemelar, niño y niña, sanos ellos y sana yo. Tienen cinco años actualmente y uauuuu! Es un milagro agotador, maravillosa experiencia. Hay que puntualizar que mi cáncer era triple negativo, por lo que no había peligro en seguir con el embarazo, también me había hecho las pruebas genéticas y no tenía ninguna mutación que pudieran heredar mis niños.
Aspecto laboral.
Como ya he comentado, sigo necesitando pagar mis gastos y los de mis niños, por lo que necesito trabajar y quiero trabajar. Difícil. Cómo mantener un puesto de trabajo al que faltas cada quince días mínimo, por citas médicas. Del que te ausentas por bajas médicas con frecuencia. Pues en mi caso, he probado con muchos puestos diferentes, empresas diferentes… Ahora estoy en oficina, jornada completa, algo más con las horas extra, que no me pagan y debo hacer… pero me dejan ausentarme al médico, me permiten faltar un día si me siento mal, normalmente contracturas en la zona radiada.
Hago balance de estos años, en mi vida hay dos partes, antes del cáncer era una persona, ahora soy otra, mejorada, pero también magullada. Todos nos centramos en superar la enfermedad, en sobrevivir a esa etapa, pero cuando sobrevives y pasan los años, dejas en el camino muchas compañeras de batalla que no siguen a tu lado, sólo puedo decir que soy afortunada y que por ello quiero comerme a bocados la vida, que me importa bien poco el dolor residual, fibromialgia, contracturas, cicatrices, prótesis!! Lo que sea! Sigo aquí, de una pieza, me faltan trocitos de cuerpo pero no me falta salud, eso es lo que tengo, SALUD.
Los días malos, que existen, los de color oscuro, son los que menos tengo, menos mal! No quiero negarlos, hay días que me veo desnuda y aún me sorprendo de ver un pezón de 10 años de antigüedad en un cuerpo de 40 maravillosos y estupendos años. Sigo extrañando mis partes corporales perdidas pero no por ello dejo de disfrutar de las que me quedan, de este cuerpo que aún me funciona y del que disfruto muchísimo!
La vida me parece un regalo que me ha tocado no se porqué, pero lo tengo y lo disfruto como si lo estrenara cada día, disfruto de mis ojeras a las 6 de la mañana, disfruto de la cola de la autopista yendo al trabajo, de las malas noches con los niños que no duermen, de la sala de espera en Oncología con el estómago hecho un ocho en cada visita rutinaria, de la playa en bikini preocupa por si se ven mucho las cicatrices, de no poder dormir por el dolor intenso, de las puestas de sol, de ver amanecer sentada a los pies de la cama de mis niños, de las discusiones en el trabajo, de las copas de vino con mis amigas, de la frialdad de las pruebas médicas cada seis mese, de comer donuts pensando que es puro veneno!
Disfruto y eso ya es todo lo que puedo pedir, es todo lo que puedo recomendar a quién pase por esto, disfrutar de los minutos buenos y dejar fluir los malos sin negarlos, existen, pero los días de brisa suave, luz cálida y música en el corazón serán más intensos que nunca, cada año que sigo viva, la intensidad de lo bueno aumenta, también la aparición de secuelas al tratamiento recibido, pero también mi resistencia a los días sin colores bonitos.
El arcoíris de mi corazón, da color a lo que me rodea, pinta a mi familia de colores vivos, a mis amigas de colores cálidos, a mis compañeras de batalla de color rosa y a los malos recuerdos … esos ya no pintan nada!!
Gracias quimioterapia por dejarme seguir.
Abril 2018, desde un lugar con mucha vida.